sábado, 20 de junio de 2009

ABADDON

Se miraron durante un segundo, pero ese segundo a Sabato le pareció una eternidad. Un ejemplo casi escolar para establecer la diferencia entre el tiempo astronómico y el tiempo existencial. Era una especie de grotesca instantánea: un vendedor durísimo enarbolando una repelente carpeta para mamuts, frente a un parroquiano avergonzado e intimidado.

No hay comentarios: